9. Cultiva tu terreno.
"No es el universo el que está dotado de un movimiento, una memoria, una conciencia humana, incluso alterados; por el contrario, es el hombre quien, gracias a la intuición, entra en contacto con los movimientos, las memorias, las conciencias no humanas, que están en el fondo de él. En el fondo del hombre, no hay nada de humano".
Las ideas llegan a los contextos que están listos para acogerlas, se asemejan a traducciones torpes de estímulos complejos. La observación del contexto que somos, tanto individual como colectivamente, es una forma muy poderosa de construir un lugar de acogida.
Nuestros cuerpos son hermosas cajas de resonancia, cuerpos sensibles que resuenan por simpatía a diferentes frecuencias según sus formas y sus espacios. Dependiendo de la sensibilidad, se expresan diferentes mundos; sin embargo, todo cuerpo comparte ciertas bases. La quietud crea espacio y activa diferentes ondas que influyen en nuestro comportamiento, nuestra forma de actuar y nuestros sentimientos. Bajo el agua sentimos las ondas de las corrientes con facilidad, en la tierra los vientos nos acarician, a veces casi imperceptibles. Se necesitan sensibilidades más finas para sentir las olas emocionales, burbujas de diferentes colores que contienen burbujas exactamente como nosotros.
9. Cultiva tu terreno.